martes, 29 de mayo de 2007

FISIOPATOLOGÍA DE LA POLICITEMIA

Se emplea el término policitemia para describir un recuento eritrocito elevado. De hecho, puede aplicarse a cualquier estado en la cual exista un significativo aumento, por encima de lo normal, del número de eritrocitos o de los niveles de hematocrito o hemoglobina. Se reconoce dos tipos: 1) relativo, en el cual existe una reducción del volumen plasmático con una masa corpuscular normal, y 2) verdadero, en el cual hay un aumento real de la masa corpuscular. Todavía hoy se utilizan estas subdivisiones de la policitemia, aunque por lo general se denominan policitemia relativa y policitemia absoluta, respectivamente. Este último grupo está dividido en policitemia primaria o policitemia vera, y la policitemia secundarias. Es ésta una clasificación útil puesto que en la práctica clínica es importante primero decidir si se trata de policitemia absoluta o relativa y, en el primer caso, determinar si la policitemia se debe a una proliferación anormal de los precursores eritrocíticos, o es secundaria a algunos de los numerosos estados que pueden producir aumento de la masa corpuscular.

El índice de proliferación de los precursores eritrocíticos está regulando por el nivel de eritropoyetina. Puede haber policitemia si por cualquier motivo los precursores eritrocíticos deben proliferar independientemente de la eritropoyetina. También puede ocurrir como respuesta a un aumento de la producción de eritropoyetina mediada por una respuesta adecuada, como la hipoxia. Otro posible mecanismo sería la producción de mayores cantidades de eritropoyetina en situaciones en las cuales se ha perdido la supresión por retroalimentación normal por un adecuado contenido de oxígeno de los eritrocitos circulantes. Esta producción inadecuada de eritropoyetina podría ser consecuencia de su secreción por tumores.

I.-POLICITEMIA ABSOLUTA

La policitemia absoluta, por definición, un estado en el cual la masa corpuscular está considerablemente elevada. Puede ser consecuencia de una proliferación anormal de los precursores eritrocíticos, de etiología desconocida, o de diversas enfermedades asociadas con un aumento de la producción de eritropoyetina.

a) POLICITEMIA VERA.

La policitemia vera es la consecuencia de la proliferación anormal de los precursores eritrocíticos y, a menudo, de los demás elementos figurados de la sangre. Es una enfermedad de la familia de las denominadas enfermedades mieloproliferativas, que se caracterizan por la proliferación anormal de los elementos figurados de la sangre, los eritrocitos, leucocitos y plaquetas pueden estar afectadas en diferentes combinaciones. Los trastornos cubren un amplio espectro, que va desde la policitemia vera, pasando por la trombocitemia hemorrágica, hasta la leucemia mieloide crónica y la mieloesclerosis.

La policitemia vera es consecuencia de la proliferación anormal de los precursores eritrocíticos derivados de un solo clon y, probablemente, de una única “stem cell”. Se cree que el defecto básico en esta enfermedad es un cambio de la constitución genética de esta célula, de tal modo que su progenie prolifera independientemente de los mecanismos de control normales que intervienen en la eritropoyesis. El mayor número de leucocitos y plaquetas que se encuentra a menudo en esta enfermedad sugiere que esta proliferación anormal no está limitada a la línea eritroide.

La viscosidad de la sangre aumenta en modo exponencial con la elevación del hematocrito. El transporte de oxígeno óptimo tiene lugar con valores de hematocrito intermedios de alrededor del 40 al 50%. Si no actúan mecanismos de compensación, habrá un índice reducido de transporte de oxígeno con un ligero aumento del hematocrito. En efecto, la tensión de oxígeno de los tejidos en animales hipervolémicos se mantiene relativamente normal, se logra este grado de compensación porque hay aumento de la volemia total, sobre todo del volumen plasmático, y un volumen mínimo cardiaco aumentando. Además, el lecho vascular periférico se agranda, lo cual lleva a un descenso de la resistencia periférica. En realidad con un hematocrito del 60% estos cambios producen un aumento del transporte del oxígeno. Castle resumió la situación de la siguiente manera: “el nivel de homeostasis de la hemoglobina y el transporte del oxígeno dependen de las influencias independientes y opuestas de la viscosidad de la sangre y el volumen sanguíneo”. La hipervolemia en sí aumenta el transporte de oxígeno debido a que el aumento del contenido de oxígeno de la sangre y del volumen minuto cardiaco compensan con exceso el aumento de la viscosidad de la sangre. Sin embargo, la policitemia vera es una enfermedad de la edad media y avanzada, y si existen trastornos cardiovasculares asociados, como hipertensión o coronariopatía, estos mecanismos de compensación pueden alterarse. Sobre todo es probable que así ocurra con niveles de hematocrito muy elevados, en que puede haber un notable aumento de la carga de trabajo tanto del lado izquierdo como el derecho del corazón, debido a la gran viscosidad de la sangre en la circulación sistémica y pulmonar. En realidad, con hematocrito superiores al 60% está reducido el transporte de oxígeno.

Las complicaciones de la policitemia vera puede relacionarse con los cambios hemodinámicos y la función anormal de la línea celular aberrante. Probablemente los episodios trombolíticos son el resultado del reducido flujo de sangre espesa, viscosa, junto con elevados recuentos plaquetarios que comúnmente acompañan a la enfermedad y las anomalías asociadas de la función plaquetaria. Dichos episodios pueden afectar los vasos cerebrales en el lado arterial o venoso y tienen especial predilección por los sistemas venosos porta y hepático. El daño de la mucosa intestinal luego de un episodio trombótico explicaría la alta incidencia de ulceración mucosa. No se entiende el porque de la tendencia hemorrágica. No existen defectos constantes en los factores de la coagulación, pero a menudo la función de las plaquetas es anormal: se han comprobado en especial anomalías de la agregación e interacciones con la adrenalina y el colágeno. Las manifestaciones hemorrágicas o trombóticas de la enfermedad, junto con las complicaciones cardiovasculares debidas a aumento de trabajo cardíaco, son las causas más comunes de morbilidad o mortalidad.

Debido al aumento de la actividad hematopoyética y de recambio de los precursores eritrocíticos, muchos pacientes con policitemia vera presentan hiperuricemia y gota secundaria. Por el mismo puede haber deficiencia de ácido fólico; el paciente está anémico únicamente para volver a estar policitémico después de la terapéutica con folato. El prurito, que es un acompañante común, no tiene explicaciones aun cuando se ha sugerido que se debería a hiperhistaminemia.

b) POLICITEMIA SECUNDARIA ABSOLUTA

Puede producirse policitemia secundaria cuando hay hipoxia de los tejidos y, en consecuencia, una elaboración compensadora de eritropoyetina, o cuando la oxigenación de los tejidos es normal pero la producción de eritropoyetina es inadecuada.

Producción compensadora de eritropoyetina

Grandes alturas.

La baja PO2 de las grandes alturas disminuye la saturación de oxígeno arterial. Luego del ascenso rápido a grandes alturas hay un aumento de volumen minuto cardiaco y de la ventilación que ocasiona una reducción del gradiente de oxígeno entre el aire atmosférico y el alveolar, pero que causa también cierto grado de alcalosis. El efecto de esta alcalosis es desplazar la curva de disociación del oxígeno hacia la izquierda. Sin embargo, dentro de las 24 horas del ascenso se produce un aumento de la concentración de 2,3- difosfoglicerato y ATP en los eritrocitos que desplaza hacia la derecha la curva de disociación del oxígeno y, de tal modo facilita la entrega de oxígeno a los tejidos. A los pocos días se observa reticulocitos y luego un ascenso constante del hematocrito. Esto va acompañado por una altura del volumen total que permite que la mayor masa corpuscular mejore el transporte de oxígeno. Estos cambios están asociados con alteraciones adaptativas de las enzimas de los tejidos y de la distribución regional del flujo sanguíneo cuyo mecanismo es menor claro. El resultado general es que un individuo aclimatado expuesto a aire con una presión de dos tercios a la mitad de la atmosférica, no experimenta un grado de hipoxia de los tejidos mayor que el necesario para movilizar y mantener los mecanismos de aclimatación.

Enfermedad cardiopulmonar.

La enfermedad pulmonar obstructiva de oxígeno arterial, y puede tener un pronunciado aumento del hematocrito. Sin embargo, existen considerables variaciones de la respuesta eritropoyetica en enfermedades torácicas crónicas, y no es constante la relación entre el grado de desaturación de oxígeno arterial y la masa corpuscular. Esto se debería en parte a una mayor producción de 2,3- difosfoglicerato con el consiguiente desplazamiento hacia la derecha de la curva de disociación del oxígeno, pero que no es de mayor amplitud que el desplazamiento observado a grandes alturas. Otro factor sería la reducción de la eritropoyesis secundaria a infección crónica, que se observa con frecuencia en pacientes con enfermedad pulmonar crónica. A veces, los pacientes insuficiencia respiratoria tiene un nivel de hematocrito extraordinariamente alto y esto se sumaria a la carga de trabajo cardiaco, sobre todo del ventrículo derecho, que ya está aumentada debido a la enfermedad pulmonar y a la hipertensión pulmonar secundaria a la hipoxia.

Shunt de derecha a izquierda.

Los infantes con cardiopatía congénita pueden tener profunda desaturación de oxígeno arterial con cianosis pronunciada y un grado máximo de policitemia. En realidad, los niveles hematocrito en estos infantes pueden ser más elevados que en cualquier otra enfermedad. A menudo, este fenómeno está acompañado por trombosis venosa, en especial durante periodos de enfermedad intercurrente y deshidratación. Con frecuencia dichos infantes presentan trombocitopenia y un defecto de la coagulación, quizás como consecuencia de una deficiencia relativa de fibrinógeno relacionada con los niveles de hematocrito excepcionalmente elevados. En cardiopatías adquiridas y en la insuficiencia cardiaca congestiva puede haber un grado leve de policitemia, aunque a menudo es exagerada por una policitemia relativa que se produce debido a la deshidratación que ocasiona la terapéutica con diuréticos. La policitemia moderada de la enfermedad hepática se debe, probablemente, a la presencia de shunt arteriovenoso pulmonar adquirido entre los sistemas porta y pulmonar.

Ventilación alveolar deficiente.

La hipoventilación alveolar puede causar hipoxia arterial, hipercapnia, cianosis, somnolencia y policitemia secundaria. Se ha descrito hiperventilación alveolar en pacientes que sufrieron accidentes cerebrovasculares, con parkinsonismo, encefalitis, sobredosis de drogas y como enfermedad primaria. La hipoventilación alveolar periférica se observa en pacientes con alteración mecánica de la pared torácica, sobre todo asociada con enfermedad neuromuscular, o como parte del síndrome de Pickwick, en la cual la obesidad es, aparentemente, uno de los principales factores.

Transporte de oxígeno deficiente y producción adecuada de eritropoyetina. La hipoxia relativa de los tejidos puede aparecer en presencia de una saturación de oxígeno arterial normal en cualquier circunstancia que altere la fijación o la libertad de oxígeno por la hemoglobina. La exposición crónica a monóxido de carbono provoca un aumento de las concentraciones de carboxihemoglobina, que desplaza hacia la izquierda la curva de disociación del oxígeno. Esto constituye la base de la policitemia moderada de algunos pacientes que fuman con exceso. Diferentes hemoglobinas anormales son causa de las policitemias genéticas o familiares. En cada caso el aumento de la afinidad por el oxígeno es resultado de la sustitución de un solo aminoácido en una parte crítica de la molécula de hemoglobina, que interfiere en la interacción de la subunidad o la fijación de 2,3. difosfoglicerato. En todos estos casos es normal la saturación de oxígeno arterial, y el diagnóstico lo sugiere el hallazgo de una p50 reducida –es decir, aumento de la afinidad por el oxígeno- de la hemoglobina.

La hemoglobina no transporta oxígeno cuando su hierro se halla en estado oxidado. Rara vez los pacientes afectados muestran policitemia, pero en los casos en que así ocurre el aumento de la masa corpuscular es probablemente consecuencia de un desplazamiento hacia la izquierda de la curva de disociación del oxígeno más que de desaturación de oxígeno arterial. Por último, la hipoxia de los tejidos puede ser causada por sustancias que provocan daño de los tejidos.

Producción inadecuada de eritropoyetina. El aumento de la producción de eritropoyetina inadecuada para la saturación de oxigeno arterial de la sangre periférica, es causa ocasional de policitemia. Dado que la fuente principal de eritropoyetina en el adulto es el riñón, se la encuentra más comúnmente con lesiones renales, que incluyen quistes, hipernefroma, hidronefrosis y luego de transplantes de riñón. También se ha encontrado en asociación con ciertos tumores extrarenales como hepatoma hemangioma cerebeloso y mioma uterino. Es objeto de considerable debate si la asociación con este ultimo tumor es consecuencia de la alteración de la función renal pro compresión de los uréteres debido a la gran masa tumoral en la pelvis, o si estos tumores secretan en realidad eritropoyetina. Pruebas recientes sugieren que, probablemente el ultimo mecanismo es el mas importante. Se ha comunicado en algunas ocasiones policitemia en pacientes con feocromocitomas, adenomas productores de aldosterona, o como parte del síndrome de Cushing. También se produce en pacientes que recibieron dosis considerables de andrógenos por enfermedad maligna o en asociación con tumores secretores de andrógeno.

Finalmente existen registros de policitemia en familias o en individuos en los que se han descartado causas genéticas obvias como la presencia de hemoglobinas anormales. Los estudios de estos pacientes incluyendo los ensayos para la determinación de eritropoyetina y los ensayos de colonias in vitro, han sugerido una variedad de mecanismos responsables del aumento de la producción de eritrocitos. Estos mecanismos incluyen un excesos de producción primaria de eritropoyetina lo que permite suponer la existencia de una anormalidad a nivel del mecanismo de retroalimentación por el cual la oxigenación determina una reducción de la producción de eritropoyetina. Otros casos parecen ser la consecuencia de anormalidades proliferativas de los precursores eritroides es decir de una respuesta anormal a la eritropoyetina.

II.-POLICITEMIA RELATIVA

Policitemia relativa, es por definición un estado en el cual la masa corpuscular es normal pero existe una contracción del volumen plasmático. Puede ser producida por cualquier causa de deshidratación y se observa con frecuencia en pacientes tratados con exceso de diuréticos.

Existe una forma sumamente interesante y común de policitemia relativa denominada "policitemia de stress" que representa más de la mitad de los casos derivados a departamentos de hematología con el diagnostico de "policitemia". Los individuos afectados tienen una masa corpuscular normal o en el limite superior de lo normal, con volumen plasmático reducido. Existen considerables variaciones del hematocrito de un día a otro y no se ha demostrado anomalía definida alguna de la homeostasis de líquidos orgánicos.

Este tipo de anomalía hematología se observa a menudo en hombres de edad media ansiosos, con exceso de peso y ligeramente hipertensos. Al parecer hay mayor incidencia de angina y claudicación en este grupo de pacientes. Se ha criticado la manera en que se obtuvieron estos datos y la validez de la asociación entre la policitemia de stress y estos otros trastornos.

No se encuentran hallazgos hematológicos anormales con excepción de la aparente policitemia y no hay evidencias de que el hematocrito elevado por si solo sea peligroso. Una alteración descripta durante muchos años en la literatura con el nombre de síndrome de Gaisbock describe la asociación de policitemia e hipertensión y es, casi con seguridad una forma de policitemia de stress.

Existe un interés considerable en determinar la importancia de las policitemias relativas o de los valores de la masa eritrocitaria en los limites superiores del o normal. Este problema ha sido puesto de manifiesto por estudios epidemiológicos que han demostrado que un nivel de hemoglobina en los limites normales superiores parecería ser un factor determinante de la incidencia de accidentes vasculares. Además en pacientes con policitemia vera se observa un riesgo incrementado de enfermedad vascular obstructiva, incluso en aquellos que muestran un hematocrito que puede ser considerado en los valores superiores normales (40 a 50%). El interrogante que aun no ha sido resuelto un hematocrito o un valor de sujetos normales que presentan un hematocrito o un valor de hemoglobina en los limites superiores normales también se encuentran en situación de riesgo de desarrollar una enfermedad vascular oclusiva y si este fuere el caso saber si la reducción del hematocrito podría tener algún valor terapéutico.

Autor: OSCAR F. CANSECO F.


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martes, 22 de mayo de 2007

Introducción.

Antes de ingresar al estudio de la fisiopatología de los trastornos sanguíneos, es recomendable que puedas revisar los principlaes aspectos de la fisiología sanguínea. para lo cual debes hacer clic en apuntes de fisiología sanguínea

Fisiopatología de los trastornos de la coagulación

Fisiopatología de la anemia

El término anemia designa la disminución de los eritrocitos o de la hemoglobina circulante, y resulta básicamente del desequilibrio entre la producción y la pérdida o destrucción de los hematíes o de la hemoglobina.

Una cantidad de hematíes menor de lo normal reduce la capacidad de la sangre para llevar oxígeno y activa un gran número de mecanismos correctores.

Las manifestaciones clínicas de las anemias reflejan estas adaptaciones, asociadas a los efectos de la hipoxia celular.

Estos aspectos fisiológicos incluyen: taquicardia, hiperpnea, aumento del débito cardíaco, aceleración del flujo sanguíneo, secundarios a la disminución de la resistencia periférica y de la viscosidad sanguínea.

La respuesta a la anemia depende básicamente de la rapidez de su instalación, de la magnitud de la misma, de la eficiencia de los mecanismos compensadores y de las necesidades de oxígeno del paciente.

Si la instalación de la anemia es gradual, la volemia se mantiene y los signos predominantes son los de la hipoxia. Anemias crónicas de largo tiempo en personas sanas pueden permanecer sin manifestaciones clínicas importantes hasta llegar a 7.5 gr.% de hemoglobina.

Cuando los valores de hemoglobina son menores, de 7.5 gr.%, generalmente aparece disnea de esfuerzo; por debajo de 3 gr.% disnea de reposo, y por debajo de 2.5 gr.% se instala insuficiencia cardíaca.

La respuesta a la anemia está influida por las necesidades de oxígeno. El hipotiroideo, por ejemplo, puede llegar a valores bajos de hemoglobina sin manifestar un aumento de la frecuencia y del débito cardíaco, que caracteriza a la mayoría de las anemias crónicas.

En el individuo normal, la reducción del número de hematíes es un estímulo potente para la médula ósea. Algunos eritrocitos jóvenes son entonces liberados prematuramente en la circulación. Después de episodios de hemorragias agudas, aparecen muestras de regeneración eritrocítica activa, como policromasia y reticulocitosis.

Si la anemia es de instalación gradual, el individuo tolera más del 50% de reducción de los hematíes sin grandes consecuencias. Sin embargo, las pérdidas agudas de cerca del 30% producen profundas reacciones, llevando a la rápida disminución de la volemia y consiguientemente, al shock.

La cantidad de hematíes no refleja la pérdida de sangre hasta que el líquido extravascular comienza a entrar en el espacio intravascular para corregir la hipovolemia. Por este motivo, el recuento de eritrocitos, el hematocrito y el dosaje de hemoglobina pueden ser normales cuando son medidos inmediatamente después de una hemorragia aguda.

Las manifestaciones iniciales de la pérdida aguda de sangre son preponderantemente las de la hipovolemia y no las de la menor capacidad de trasporte de oxígeno. En repuesta a la hipovolemia, los mecanismos compensadores cardiovasculares y pulmonares tienden a prevenir el colapso circulatorio y mantener la irrigación sanguínea de los órganos vitales a través de taquicardia e hiperpnea; cuando fallan, van seguidos por disminución del débito, de la presión arterial y shock.

Causas de las Anemias. Los principales factores que llevan a una anemia son:

1) Disminución de la eritropoyesis:

a) por insuficiencia de la médula ósea.

b) por deficiencia de factores esenciales a una eritropoyesis normal.

2) Pérdida sanguínea.

3) Aumento de la destrucción de los hematíes (anemias hemolíticas).

Las anemias también pueden ser clasificadas de acuerdo con el aspecto morfológico de los hematíes, en:

1) Normocíticas (volumen globular medio entre 82 y 86 u3): debidas generalmente a la pérdida súbita de sangre, a la hemólisis y a la aplasia medular;

2) Macrocíticas (volumen globular medio superior a 96 u3): las anemias megaloblásticas están incluidas en este tipo.

3)Hipocrómicas (hemoglobina globular media inferior a 27 uu y): generalmente debida a la carencia de hierro.

FISIOPATOLOGÍA DE LOS PRINCIPALES TIPOS DE ANEMIA

Anemia por insuficiencia de la médula ósea.

El defecto primario en este tipo de anemia es la incapacidad de la médula ósea de producir el número normal de eritrocitos, a pesar de contener cantidades normales de todos los factores eritropoyéticos necesarios. En la mayoría de los casos, el defecto reside en la incapacidad del tejido eritropoyético de responder a los estímulos adecuados, ya que cantidades aparentemente normales de eritropoyetina se observan en el plasma de estos pacientes. Ciertos agentes pueden lesionar las células de la médula ósea cuando son administrados en cantidades determinadas. En otros casos, una idiosincrasia individual a determinados factores puede llevar a este tipo de anemia. La exposición a los rayos X, por ejemplo, suprime la multiplicación celular, posiblemente inhibiendo la síntesis de ácido nucleico, resultando de allí la incapacidad de la médula ósea para proporcionar una eritropoyesis satisfactoria.

En las anemias por insuficiencia de la médula ósea, además del cuadro clínico común a las anemias en general, el paciente presenta fiebre, signos de infección y hemorragias, consecuencia de la pancitopenia, además de disminución celular en la aspiración medular.

Las principales situaciones que llevan a la anemia de este tipo son:

-Agentes físicos y químicos: radiaciones ionizantes, benceno y derivados, agentes citostáticos.

-Agentes químicos ocasionales, que producen aplasia medular como efecto idiosincrático: cloranfenicol, fenilbutazona, quinacrina, arsenicales orgánicos, compuestos de oro, difenilhidantoína, acetazolamida, sulfisoxazol, tolbutamida, carbutamida, trimetadiona, DDT y otros.

- Idiopática, sin causa determinada.

Anemias macrocíticas

Dividimos a las anemias macrocíticas en:

1) Anemias megaloblásticas

2) Anemias no megaloblásticas

Las anemias megaloblásticas son aquellas que resultan de la alteración cualitativaa en la eritropoyesis con formación de un precursor anormal del eritrocito: el megaloblasto. Esto ocurre principalmente por deficiencia de la vitamina B12 y del ácido fólico. Ambos son esenciales a la síntesis del DNA. La carencia de cualquiera de estos factores lleva a alteraciones en la síntesis del DNA, con retardo de la división celular, cuya manifestación morfológica es el megaloblasto (eritrocito de tamaño aumentado). Muchos de los megaloblastos, que son imperfectos, son destruidos apenas entran en la circulación. En consecuencia, la eritropoyesis se realiza de modo insuficiente.

1) Anemias megaloblásticas por deficiencia de vitamina B12. La ingesta diaria de vitamina B12 es de cerca de 5 ug. Esta vitamina B12 que se encuentra en la dieta se denomina “factor extrínseco”. Para que dicha vitamina sea absorbida por el organismo, es necesario su conjugación con una glucoproteína secretada por la célula del fondo gástrico, denominada “factor intrínseco”. Procesada esta conjugación, la absorción se realiza en el íleo, con la participación de iones de calcio. Enseguida es trasportada por el plasma. Una parte permanece libre, mientras que la mayor cantidad se une a proteínas, principalmente alfa 1 y alfa 2, almacenándose en el hígado. Cerca de 300 ug. Son eliminados diariamente por la orina. El organismo necesita cerca de 2.5 ug. Diarios de vitamina B12. Su concentración normal en la sangre varía entre 200 y 900uug/ml.

Aparte de su participación en la síntesis del DNA, la vitamina B12 también es necesaria para la conversión de la metilmalonil coenzima A en succinil coenzima A, que tiene importante papel en el catabolismo del ácido propiónico. En consecuencia, además de los signos y síntomas comunes a las anemias, la anemia perniciosa presenta glositis y manifestaciones neurológicas (parestesias, incoordinación, hiporreflexia, alteraciones de la sensibilidad vibratoria y postural), debidas básicamente a la retención de los catabolitos del ácido propiónico.

Las anemias megaloblásticas por deficiencia de vitamina B12 pueden ser debidas a:

* Anemia perniciosa (afección en la que hay deficiencia del “factor intrínseco”, perjudicando la conjugación necesaria a la absorción de la vitamina).

*Enfermedades hereditarias que llevan a la mala absorción selectiva de vitamina B12.

*Gastrectomías (por remoción de la fuente del factor intrínseco).

*Enfermedades o alteraciones mecánicas o quirúrgicas intestinales que llevan a síndromes disabsortivos.

Anemias megaloblásticas por deficiencia de ácido fólico: el ácido fólico (ácido pteroilglutámico, PGA), sustancia también necesaria para la síntesis del DNA, es absorbido en el intestino delgado, no necesitando factor intrínseco para ser absorbido, y es entonces convertido en ácido folínico. Los derivados del PGA funcionan como coenzimas en varios sistemas metabólicos, principalmente aquellos relacionados con el DNA y el RNA.

La dieta normal contiene 1 a 2 mg.de ácido fólico; las necesidades orgánicas diarias son de cerca de 5Oug. Y el dosaje normal en el suero es de 5 a 20 microgramos de folato por ml.

La carencia de ácido fólico puede ser debida a:

- Ingesta deficiente.

- Alteraciones en su absorción.

- Necesidades aumentadas (por ejemplo, en la gravidez).

- Terapéutica con sustancias antagonistas del PGA (antivconvulsivos del tipo de la difenilhidantoína y fenobarbital y aminopterina, usada en el tratamiento de los linfomas, que competirían con el ácido fólico).

2)Anemias macrocíticas no megaloblásticas: este tipo de anemia aparece en la fase de regeneración rápida de las anemias poshemorragicas agudas y anemias hemolíticas.

Anemias microcíticas.

La principal causa de anemia microcítica es la deficiencia de hierro, factor importante en el proceso de una hematopoyesis satisfactoria.

El hombre adulto posee hierro en cantidades situadas entre 2 y 6 gr. Uno a dos tercios de esta cantidad se encuentran en la hemoglobina; una parte circula en el plasma en forma trasnferrina y el resto se halla en mioglobina, enzimas respiratorias y plasma, además de una reserva almacenada en el hígado, bazo y médula ósea en forma de ferritina y hemosiderina. La provisión inicial de hierro en el niño es dada por la madre; posteriormente el hierro necesario al organismo es obtenido por la ingesta. La ingestión alimentaria diaria es de 12 mg. , cerca del 5 al 10% de los cuales son absorbidos principalmente por el duodeno, después de su reducción a la forma ferrosa en el estómago e intestinos. El hierro absorbido está ligado a una trasferrina plasmática. A partir de la pubertad, las mujeres necesitan cantidades adicionales de hierro, sobre todo en los periodos de menstruación, gravidez y lactación. La dieta media de 15 mg/día da generalmente un margen seguro para la provisión de estas necesidades. La pérdida diaria de hierro es pequeña: cerca de 1.5mg/día, de los cuales 0.2mg. se excretan con ls heces. En los periodos menstruales la mujer puede perder hasta 6Omg. de hierro.

Las anemias ferroprivas suelen desarrollarse insidiosamente con las manifestaciones comunes a los demás tipos de anemias. La hemoglobina y el volumen de eritrocitos suele estar disminuido, produciéndose una anemia microcítica hipocrómica. La concentración de hierro sanguíneo, que normalmente es de 65 a 175ug%, está disminuida.

Las principales causas de deficiencia de hierro son:

- Deficiencia dietética.

- Alteraciones en la absorción de hierro, sobre todo en pacientes con síndrome disabsortivo.

- Aumento de la excreción de hierro, generalmente por pérdida sanguínea (lesiones ulcerosas del tubo digestivo, hemorragias vaginales, etc.)

- Aumento de las necesidades de hierro, en la gravidez, período menstrual, lactación, fase de crecimiento y desarrollo.

* Anemia por pérdida de sanguínea.

La pérdida sanguínea, ya sea aguda o crónica, es una de las causas más comunes de anemia.

Entre las principales causas de hemorragias agudas citamos los traumatismos, rotura de aneurismas y de várices esofágicas, lesiones ulcerosas del tubo digestivo, embarazo ectópico. En estos casos, después de algún tiempo hay leucocitosis y reticulocitosis, indicando que el sistema hematopoyético trata de suplir la gran cantidad de elementos perdidos.

La pérdida crónica de sangre aparece principalmente en las neoplasias digestivas, en las verminosis y en la úlcera péptica.

*Anemia por aumento de destrucción de los eritrocitos.

Toda vez que hay disminución de la vida media de los eritrocitos, sin un aumento compensador de la eritropoyesis, se produce anemia hemolítica.

Las manifestaciones resultantes de la hemólisis dependerán básicamente de la rapidez de su procesamiento, de la capacidad de la médula ósea de producir una mayor cantidad de hematíes para compensar los destruidos, de la capacidad del hígado para extraer del plasma la bilirrubina aumentada resultante del proceso y de la naturaleza causal de la hemólisis.

El signo común a este grupo de anemia es la ictericia, resultado de la excesiva cantidad de productos de desintegración existentes. Dolor abdominal grave con defensa que puede simular un abdomen agudo (por microtrombosis mesentérica). La rápida destrucción celular y la consiguiente remoción de eritrocitos de la circulación llevan a una brusca reducción de la volemia que puede llevar al shock. El colapso circulatorio y la obstrucción de los túbulos renales por la hemoglobina precipitada conducen a oliguria o anuria. La médula ósea se vuelve hiperplásica. El número de reticulocitos aumenta en la circulación . La relación mieloide: eritroide, que normalmente es de 4:1, desciende a 1:1. El tejido leucopoyético es estimulado (leucocitosis con desviación hacia la izquierda), y las plaquetas aumentan en número tomando un aspecto raro. La bilirrubinemia aumenta. Aun cuando el hígado en condiciones normales sea capaz de metabolizar grandes cantidades de este pigmento, la anemia y la hipoxemia resultantes alteran la capacidad funcional hepática y la bilirrubina conjugada se acumula también en la corriente sanguínea. La hemoglobina liberada en el plasma cuando excede la capacidad de unión de las haptoglobinas, es excretada por el riñón, produciendo hemoglobinuria. En las heces y en la orina se encuentran mayores cantidades de urobilinógeno.

Las anemias hemolíticas se clasifican en dos grandes grupos: las debidas a alteraciones intracorpusculares y las que se deben a causas extracorpusculares.

Anemias hemolíticas intracorpusculares.

a) Por anomalía de la membrana del eritrocito: en este grupo están incluidas la esferocitosis hereditaria, la eliptocitosis y la hemoglobinuria paroxística nocturna.

b) Por defecto de la hemoglobina: son las hemoglobinopatías.

c) Por defecto de las enzimas celulares: alteraciones en el ciclo de la glucólisis anaeróbica, en el shunt hexosa-monofosfato, en la formación de metahemoglobina y la porfiria eritropoyética.

d) Talasemias

Anemias hemolíticas extracorpusculares

a) Por agentes físicos, químicos, infecciosos.

b) Por anticuerpos: anemias inmunohemolíticas.

- Anormalidades de la membrana eritrocítica: funcionalmente la membrana del eritrocito es semipermeable en relación al flujo de cationes contra un gradiente Na/K. Se encuentran alteraciones de la membrana en la esferocitosis hereditaria, tambien denominada ictericia hemolítica congénita, enfermedad familiar y hereditaria, trasmitida como rasgo autosómico dominante, donde el eritrocito adquiere la forma esferoidal y es fácilmente hemolisado. El bazo tendría participación activa en la destrucción de los glóbulos rojos. La membrana eritrocítica tendría mayor permeabilidad a los iones de sodio, lo que resultaría en una mayor necesidad de energía, estimulando el mecanismo de la ATPasa. El eliptocitosis, rasgo autosómico recesivo, volvería a los eritrocitos más frágiles en virtud de su forma elíptica.

- Alteraciones de las enzimas celulares: en las alteraciones de las enzimas del ciclo Embden Meyerhof, la característica se hereda como rasgo autosómico recesivo y puede ser debida a deficiencia de varias enzimas, entre ellas la piruvatoquinasa, la hexoquinasa, la glucosafosfatoisomerasa, etc. En el ciclo hexosa-monofosfato, la deficiencia de la glucosa 6-fosfato deshidrogenasa también produce anemia hemolítica.

Anemias hemolícas extracorpusculares por agentes físicos, químicos. Entre estas causas, se mencionan como importantes:

- Agentes físicos: calor, traumatismos intravasculares (prótesis valvular, enfermedad de la válvula aórtica, etc.).

- Infecciones: Por ataque directo o infestación de los eritrocitos o aun por producción de toxinas: ciertas virosis, V. Cholerae, Cl. Welchii, paludismo.

- Agentes químicos: benceno, fenacetina, anilinas, tolueno, etc.

Anemias inmunohemolíticas por isoanticuerpos: son el resultado de la acción de anticuerpos producidos por un individuo y dirigidos contra los eritrocitos de otro individuo. Ejemplos: enfermedad hemolítica del recién nacido o eritroblastosis fetal, reacciones trasfusionales incompatibles.

- Anemias inmunohemolíticas por antiglobulina: resultan de la acción de anticuerpos o globulinas semejantes a anticuerpos, producidos por el individuo y que lesionan el propio eritrocito.

- Anemias hemolíticas autoinmunes: resultan de la acción de anticuerpos producidos por un individuo y específicamente dirigidos contra sus propios determinantes antigénicos eritrocíticos. Pueden ser secundarias a neoplasias, colagenosis, tiroideopatías, infecciones, síndromes mieloproliferativos o primarios, caracterizados por la positividad de la reacción de Combs en ausencia de estados patológicos significativos asociados.

Talasemias: Se incluyen en este grupo una serie de enfermedades provocadas por la interferencia en la síntesis de una de las cadenas peptídicas de la hemoglobina por determinación genética. Caracterizan a este grupo los eritrocitos finos, microcitosis, hipocromía y anemia. Cerca del 90% de los casos provienen de una alteración en la cadena beta de la hemoglobina. Circunscrita en un principio a los habitantes de la región bañada por el Mediterráneo, fue llamada “anemia del Mediterráneo”. Los principales hallazgos se relacionan con la hiperplasia medular y extramedular, además de hepatoesplenomegalia.



Autor: Dr. OSCAR F. CANSECO F.


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